viernes, 4 de enero de 2008

"Salve Divina Pastora"

Origen de la Devoción a la Divina PastoraHacía el año 1703, el padre Fray isidro de Sevilla Ilustre predicador capuchino y gran devoto de la Virgen María , fue quien comenzó a venerarla bajo la advocación "Divina Pastora de las almas". En la ciudad de Sevilla-España, era costumbre rezar los rosarios populares y dicho padre aprovechaba que la muchedumbre se reunía, para predicar en honor a la Virgen. La devoción a la Divina Pastora alcanzó gran popularidad, y luego se extendió por todo el ámbito de la geografía española. El sentido del título de Pastora es esencialmente misionero. Los miembros de la orden capuchina que vinieron a América, trajeron consigo la nueva advocación, que formó parte de las enseñanzas catequéticas capuchinas entre los grupos indígenas. La devoción se fue extendiendo a diversas partes: entre ellas se propagó en la Isla Trinidad y a mediados del siglo XVIII, la devoción fue llevada también a Colombia.

¿Como llegó esta devoción a nuestra patria?

En Venezuela, la devoción se extendió a los llanos de Caracas con la llegada de los capuchinos hacia el año 1706. Uno de esos capuchinos fue Fray Marcelino de San Vicente, prefecto de las misiones de los llanos de Caracas. Al correr del siglo XVIII, los padres capuchinos dieron a conocer la Divina Pastora entre los aguerridos gayones de las sabanas de Bobare. Fue emblema de la gesta pacificadora de los indios de los llanos y los gayones de Santa Rosa.

La Imagen de la Divina Pastora en Santa Rosa

En cuanto a la providencial adquisición de la imagen ha surgido una leyenda que se ha repetido de una generación a otra, y hoy es una verdad aceptada entre los habitantes de Barquisimeto. Aconteció que el cura de la iglesia de la Inmaculada Concepción de esta ciudad, deseando proveer a su iglesia con una imagen de la Divina Pastora , encargó su escultura. Al mismo tiempo, el Padre Sebastián Bernal, párroco del Pueblo de santa Rosa del Cerrito, quiso también para la suya una imagen de la Inmaculada Concepción. Ambos sacerdotes, de común acuerdo, hicieron su solicitud al mismo escultor, con la finalidad de dotar a la feligresía para la celebración de las fiestas anuales del 8 de diciembre. Pero ocurrió una equivocación que muchos señalan como providencial; el cajón contenía la imagen de la Divina Pastora fue dirigido al Padre Bernal y el de Inmaculada Concepción, al vicario de Barquisimeto. Cuando el Padre Bernal en Santa Rosa, se dio cuenta del error, ordenó que la caja fuera cerrada y que la llevaran de inmediato a su destino: Barquisimeto. Cuando el indio que tenía el encargo de devolver la imagen trató de levantarla del suelo y cargarla, notó que se había vuelto muy pesada y por más esfuerzos que hizo, no pudo moverla del sitio donde estaba. El padre Bernal, sorprendido, comunicó al vicario la noticia para que éste resolviera como superior, qué hacer en ese caso. El Vicario, enterado del hecho, dijo que por él, la Divina Pastora manifestaba a las claras su voluntad de que su imagen permaneciera en Santa Rosa, y que allí se le rindiese culto y veneración. Desde entonces la imagen se quedó para siempre en la Iglesia de Santa Rosa desde que allí llegara providencialmente poco después del año 1736.

La procesión mariana
La procesión mariana más concurrida del país y una de las más impresionantes de Latinoamérica es, sin duda alguna, la de la Divina Pastora.Los larenses tienen a su Pastora como algo propio. Desde 1856, cada 14 de enero, sale la imagen desde la población de Santa Rosa hasta la Catedral Metropolitana en un acto multitudinario, lleno de fe, alegría y colorido.

Llega el 14 de Enero y amanece todo un pueblo unido en devoción. Los de aquí, los de allá, en este día no hay diferencias, vamos caminando todos juntos, tropezándonos en alegría, tradición de esta mi ciudad que se viste de gala para festejar con la más hermosa de las pastoras, ella nos guía a nosotros su rebaño de fieles, nos acompañamos en la vía, cantamos, sudamos, reímos, nos tostamos con el sol, unos van delante y otros detrás como flotando en un mar de gente que se pierde en el horizonte movidos por la fe, entonando tu himno que suena a gratitud. Ofrendas, aplausos, lluvia de pétalos, oraciones, promesas, pastorcitos y nazarenos, los descalzos, los de rodilla, los que salen y llegan en plegarias y cánticos, los que venden, los que compran, los visitantes, los anfitriones, todos feligreses…¡Qué viva La Divina Pastora!